Cría cuervos…

Recuerdo un cartón del dibujante Paco Calderón con motivo de la bomba que, en 1995, destruyó la sede de las oficinas federales en la ciudad de Oklahoma cobrando la vida de 168 personas entre las que se encontraban 19 niños (había una guardería en el edificio).

La motivación, en ese entonces, de los perpetradores Timothy McVeigh y Terry Nichols eran supuestas afrentas realizadas por el gobierno federal en contra de su libertad.

Ese fue el primer atentado de gran envergadura realizado por personas con ideales de extrema derecha en Estados Unidos.

El cartón de Calderón mostraba a un Tío Sam que sostenía a un cuervo en el brazo; el ave le había sacado el ojo y lo tenía en el pico.

Cría cuervos…” era el texto que se veía abajo.

Años después, contrario a lo que se pudo haber pensado en aquel lejano 1995, hay más cuervos y estos están dispuestos a todo.

La existencia de grupos radicalizados de derecha en Estados Unidos no es noticia nueva. De hecho, gracias a diversos acontecimientos, que van desde la firma de acuerdos de libre comercio hasta la elección de presidente de “raza equivocada”, estos grupos han aumentado y se han radicalizado aún más.

Están conformados por gente que siente que se le ha escamoteado algo: su libertad, su avance económico, su trabajo y que busca a un culpable tangible de estas pérdidas: los liberales, los inmigrantes, las personas de raza distinta, etcétera.

El ascenso de Donald Trump a la presidencia se basó en forma directa en estos grupos: El candidato no tuvo empacho de adjudicar a terceros la causa de los problemas de su base electoral y ellos le compraron la idea.

Una de las terribles consecuencias de esta estrategia es que ahora esos grupos radicalizados se sienten con todo el derecho de tomar revancha; de salir a la calle a insultar, a intimidar y a tomar venganza de aquellos que se atreven a atentar contra la “América Tradicional”. Extranjeros, minorías, emigrantes, homosexuales, liberales y un largo etcétera tienen cabida en ese saco de los enemigos de los White Anglo Saxon Protestants; del blanco anglosajón y protestante.

Con ese talante salieron el pasado sábado los manifestantes en Charlottesville: el de defender una causa que ellos ven como una guerra de supervivencia; como una lucha por recuperar su antigua gloria y situación económica.

Como buen grupo radical, tienen la idea de que la violencia es la mejor vía para obtener sus objetivos y, ya lo vimos, no dudaron en aplicarla a los contra manifestantes.

Grupos que arremeten contra la libertad de las personas diferentes argumentando que están luchando por su propia libertad. Grupos que no tienen ningún reparo en violentar los derechos de los demás con el pretexto de que los suyos son más importantes.

Grupos que piensan que el autoritarismo así como la segregación racial y cultural es la solución a sus problemas, no una ideología contra la que sus abuelos lucharon y, en algunos casos, dieron la vida.

Estos son los cuervos que está criando Donald Trump.

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