El primer Troll de la nación

La política estadounidense se ha reducido a esperar el tuit mañanero de Donald Trump.

Parce que los medios, la clase política y los opinadores profesionales dependen de lo que el mandatario publique en la red social para saber “cómo viene el día”.

Ese es el gran problema del ejecutivo de Estados Unidos: el presidente no es otra cosa que un troll de Twitter cuyo único objetivo auto impuesto es el de atacar a los que considera sus enemigos.

¿Su afán por tumbar el Obamacare? La simple satisfacción de restregarle en la cara a Barack Obama que el revirtió uno de sus más grandes logros.

Para Trump el hecho de que Obama llegara a la casa blanca ha sido una de las más grandes afrentas la cuál siempre tomó de forma personal.

¿La controversia en torno a los enfrentamientos en Charlottesville? Una simple manera en la que el presidente -al apoyar grupos extremistas y fascistas- toma venganza de los liberales a los que ve como enemigos.

Decir que “México está lleno de criminales y va a pagar por el muro”, la forma en que logra un retuit o un “like” por parte de sus seguidores más radicales. El ejemplo es el mensaje que publicó ayer domingo:

De ese tamaño es la autoestima y la inteligencia emocional de Donald Trump. De un troll que, si no se le está alabando de manera continua, utiliza los recursos más bajos para conseguir la atención; la aprobación.

Afortunadamente ayer también vimos, por primera vez, una respuesta centrada, lógica y contundente por parte de la cancillería.

Bien dicho, lo peor que se puede hacer es discutir con un troll a través de Twitter.

Seamos nosotros quienes levantemos el nivel.

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