Circula en redes el tráiler de la nueva película basada en la novela de Stephen King “It” o “Eso” en español.
La trama de la novela gira en torno a una presencia maligna que vive en las alcantarillas de una ciudad imaginaria del estado de Maine y que, de forma periódica, despierta para cazar víctimas de las cuales se alimenta.
La criatura -que posiblemente es un extraterrestre- toma varias formas pero, la que más han explotado desde la primera vez que se llevó a la televisión el libro de King en 1990, es la de un payaso maligno.
Ahora que van a retomar la novela para hacer una película, en el tráiler de ésta, es posible ver también un payaso que aterroriza a los protagonistas.
Es curioso que desde hace unos años en Estados Unidos la imagen del payaso ha dejado de ser la de un personaje diseñado para hacer reír y se ha transformado en algo siniestro, en algo incluso peligroso. Basta recordar la pasada “epidemia” de personas que se disfrazaban de payasos y que generaron terror -y algunas golpizas- en Estados Unidos.
¿Te imaginas que ocurriría en México donde vemos payasos en el transporte público o en sus propios autos en ruta a una presentación?
La serie de televisión se encargó de transformar al payaso cómico y gracioso en un ente malvado y perturbador.
Sin embargo el simple hecho de “ser payaso” va mucho más allá de maquillarse y utilizar ropa estrambótica: conlleva todo un arte y es una tradición que data de siglos; existen asociaciones de payasos y éstas se encargan de mantener esta costumbre ante el embate de la modernidad.
Es precisamente una de estas asociaciones la que acaba de reclamar al escritor el hecho de que sus textos, y los productos generados por estos, han arruinado sus carreras y su arte.
La generación que vivía su infancia en la década de los noventas “sufrió” del trauma del payaso “Pennywise” y parece que nunca podrá superarlo. Basta ver los comentarios en Internet sobre fotografías antiguas de payasos con niños y que son calificadas como “aterradoras”.
Incluso en uno de estos sitios se coló una foto de un payaso que viajaba en un microbús -seguro rumbo a uno de sus trabajos- en la ciudad de México y los comentarios fueron de “creepy” para arriba.
Creo que esta es una clara muestra de los tiempos que corren en el que un simple “monstruo” de televisión ha sido capaz de detonar una coulrofobia generalizada y que, su lanzamiento en el cine, podría traer toda una nueva generación “traumada” por los payasos.
Estoy totalmente de acuerdo en que ciertas experiencias y la exposición a determinados medios pueden generar algún tipo de terror infantil, pero el hecho de que toda una generación quede marcada por un programa de televisión (que no era tampoco ninguna maravilla) me parece idiota.
Es como si gente de la generación previa no pudiera acercarse a un mono de peluche debido a que quedó traumada por los Gremlins.
Una cosa es tener ciertos miedos irracionales en la infancia por causa de los medios, y una muy diferente, es el llevar este trauma a la vida adulta como si de un mérito se tratara.