Los placeres más extraños

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El fetichismo sexual fue descrito por primera vez por el psicólogo Alfred Binet en 1887, y fue descrito como “la fijación del instinto de un objeto bajo el modo de la adherencia histórica y la inadecuación biológica”, lo que podría traducirse en un comportamiento extraño en el que se tiene fijación por un objeto.

Evidentemente, el fetiche crea excitación sexual a través de pequeños y raros placeres por otras cosas o partes del cuerpo, como los pies, el cuello o vestimentas extravagantes como los tacones o las medias negras.

Pero existen fetiches sexuales poco comunes, enigmáticos y extraños, los que parecen salir un poco más de la realidad, que parecen sacados de historias irreales pero no, siempre presentes en el mundo, nos damos cuenta de lo extraños que a veces podemos ser los seres humanos.

Te presentamos algunos de los fetiches más raros.

Pañales

El fetiche sexual hacia los pañales, actuar como bebés, llevar puesta ropa de bebés y tomar biberón, es conocido como infantilismo parafílico. Aquellos que lo tienen experimentan un gran deseo de ser tratados como niños pequeños. Es mucho más común en hombres que en mujeres.

Dormido

Conocido también como el “fetiche de la Bella Durmiente”, éste se caracteriza por excitarse y alcanzar el orgasmo con una pareja dormida. Algunos sólo se masturban pero otros practican relaciones sexuales mientras su pareja duerme. Lo que resulta excitante para ellos es la euforia que produce el miedo a ser descubiertos cuando su pareja despierte.

Autos

La sexualización de la máquina en donde existen encuentros con aparatos eléctricos es llamada mecanofilia, los que la tienen se sienten atraídos por cualquier dispositivo de origen mecánico como automóviles, batidoras o hasta helicópteros. Un hombre llamado Edward Smith asegura haber tenido sexo con más de mil autos y algunos helicópteros.

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