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HAARP: ¿la Tercera Guerra Mundial es climática?

Las teorías de las conspiración son siempre uno de los temas que más dan de qué hablar -y que más dólares recaudan en YouTube, por si quieren abrir su propio canal. Sin embargo, una de las que mayor auge ha tenido en los últimos tiempos, principalmente gracias a los recientes desastres naturales al rededor del mundo, es el HAARP.

High Frequency Active Auroral Research Program, o programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia -HAARP para los cuates-, es ni más ni menos que una supuesta arma de destrucción masiva que tiene el poder de generar y orquestar desastres naturales, motivados por distintos intereses políticos de aquellos que mueven los hilos del mundo. ¿Poca cosas, no?

La realidad es que el HAARP sí existe, o al menos lo hizo en forma de un programa de investigación dirigido por el brazo armado de los Estados Unidos -si no ellos, ¿quién?-, con la finalidad de «investigar» y lograr avances en el rubro de las radiocomunicaciones y cómo es que nos podríamos beneficiar de la ionosfera para ello.

Sin embargo, los conspiracionistas han afirmado a lo largo de varios años, que éste fue un programa encubierto para financiar a plena luz del día, el arma de definitiva de destrucción masiva, ésa que sería capaz de arrasar poblaciones enteras sin la necesidad de declarar la guerra y así salir «libre de culpas» ante los ojos del mundo.

Incluso hay gente que afirma haber visto en acción esta potente arma -como ninguna otra que hayamos visto, en caso de que existiera-, aunque claro, sus «pruebas» son tan confiables como las de los OVNIS o fantasmas, aunque tiene mucho mayor sustento que las de ésta última.

https://www.youtube.com/watch?v=yb4EthjAkoE

La realidad es que incluso aunque este tipo de tecnología no suena tan descabellada después de consumir años y años de ciencia ficción, no hay ningún indicio con el que la teoría verdaderamente se sustente, además de que si hay una fuerza que a diario nos puede recordar que no somos dioses, sino el equivalente a simples bichos plagando la faz de la Tierra, es la de la naturaleza.

¿No es por demás pretencioso creer que tenemos, no sólo el poder de manipularla a nuestro favor, sino hacerlo de forma casi teledirigida sin que el tiro salga por la culata y los líderes del mundo terminen dañando a sus propias naciones como daño colateral?.

A este servidor le parece que sí. Y es que en el gran esquema de las cosas, nuestro impacto en el planeta ha sido sólo y sólo por negligencia y estupidez; conceptos que están a años luz de pensar que líderes como Donald Trump realmente tengan el poder de controlar a su antojo el mundo.

Aunque claro, a ellos les encanta la idea de que nosotros lo creamos.

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