«Oasis en la escasez»
Homs es la tercera ciudad más importante de Siria después del Alepo y Damasco, se enfrenta día a día al conflicto bélico. El barrio de Al Waer, en Homs, es la única zona de la ciudad que aún es ocupada por los rebeldes. Los rebeldes se han apoderado de todos los medicamentos y la comida es escasa. En medio de una zona de alto riesgo, opera una panadería las 24 horas del día con el objetivo de mantener con vida a los civiles.
Las personas de esa comunidad se encuentran encerradas, son muy pocas las que tienen permiso de salir una vez por día, acudir a la panadería y llevarles a su familia «el pan de cada día». La panadería no deja de trabajar, «todo lo que entra al barrio se lo roban y se lo llevan los rebeldes, lo guardan en un depósito y no le dan nada a nadie. La gente está con mucho miedo, aterrorizada, no hay comida ni nada para beber, sólo los rebeldes viven bien», asegura una trabajadora local.
«Esta es una zona caliente, en cualquier momento puede pasar algo: bombas, explosiones, muertos…estamos en la primera línea de fuego», asegura una de las cabezas operantes, «ojalá cambie la situación», reconoce. También regalan pan a quienes lo necesitan. El negocio sigue funcionando para alimentar a los que no tienen y darles trabajo a quienes lo necesitan.
Se trata de guerreros sin uniforme, quienes no han claudicado por mantener la llama de los civiles. Los panaderos están conscientes de que la economía real de los sirios es cada vez más desvalorizada y saben que es una zona de alto riesgo, pero nada los detiene para operar.