Julián Ríos Cantú es más que un jóven estudiante del Tecnológico de Monterrey. A sus 18 años, también, es el creador de EVA: el primer brasier inteligente capaz de detectar el cáncer de mama.
El brasier EVA se conforma por dos copas con sensores de inteligencia artificial que al tener contacto con el pecho, mide el comportamiento de la sangre y cómo circula a través del tejido mamario.
El sistema funciona con biosensores que monitorean la temperatura de los senos por 60 minutos para posteriormente, compararla con una base de datos y saber si una mujer padece un tumor cancerígeno, una calcificación o una malformación.
“Ahí podemos ver si hay masas anormales, quistes, tumores, si hay algún otro tipo de patología y a partir de ahí diagnosticarlo mediante algoritmos de inteligencia artificial”, explicó Cantú.
El dispositivo debe colocarse una vez a la semana por al menos 60 o 70 minutos sin interrupción. De esta manera se logran enviar los datos a una aplicación que se descarga en el celular o en cualquier otro dispositivo inteligente.
EVA analiza distintos parámetros térmicos para evaluar la salud de los senos de forma no invasiva y sin afectar las actividades diarias.
Si encuentra alguna irregularidad, se debe solicitar un médico para hacer un diagnóstico más preciso.
Las pruebas de este brasier inteligente únicamente se llevan a cabo en México, pero se planea que para 2020 se expanda a otras naciones como España, Colombia, China y Estados Unidos.
Mujeres a partir de los 20 años de edad podrán tener acceso al producto.