Uno de los fenómenos que más llaman mi atención en la cultura estadounidense son las milicias civiles.
Grupos de hombres blancos, habitantes de zonas alejadas de las grandes ciudades, que de alguna forma se convencieron de que su gobierno es un ente malvado que quiere sojuzgarlos, esclavizarlos y, lo peor, quitarles sus armas.
El tema de las armas es suficiente para toda una disertación sin embargo lo que ahora me aqueja es una teoría conspiranoíca que está circulando en torno a estas milicias.
Hay que decirlo, mucho de la ideología y razones de existir de estos grupos gira en torno a teorías que en muchos casos rayan en la locura. La conspiración de la ONU de eliminar el gobierno de Estados Unidos para sustituirlo por una dictadura comunista mundial; la idea de que los musulmanes quieren eliminar el cristianismo americano para sustituirlo por un estado islámico dictatorial… Las teorías que circulan en Internet van desde el sospechosismo hasta lo histérico.
Esas son precisamente las razones es por las que estos grupos deciden transformarse en milicias. Se ven a sí mismos como el último bastión de libertad ante el embate de las fuerzas extrañas y antiestadounidenses.
Es por ello que salen a los bosques vestidos de camuflaje con armas de alto poder a entrenar para la guerra de independencia que viene. Hombres jugando a ser soldados y que se imaginan como los futuros salvadores de la civilización occidental.
Precisamente en estos días dichos grupos se encuentran en estado de alerta debido a una información generada y replicada por algunos sitios web de extrema derecha y de tintes conspiranóicos: El 4 de noviembre -fecha en que Donald Trump cumple un año de haber sido electo presidente de Estados Unidos- grupos Antifas (antifascistas) armados saldrán a las calles para derrocarlo.
Muchos de estos individuos han llegado a la conclusión de que su momento ha llegado. Los foros de Internet se han llenado de fotos de estos tipos vestidos de camuflaje con comentarios en los que se dicen “listos para el combate”.
La imagen de estos individuos está diseñada para asustar (si no lo hiciera, el espectador tendría que analizar su estado mental): grandes, rubios, de largas barbas, vestidos en camuflaje y empuñando armas que parecen letales. Parecen vikingos de la era moderna.
Sin embargo en eso radica precisamente su debilidad. Estos hombres, fuera del manejo de sus enormes armas, carecen de cualquier disciplina y orden. Como cualquier ejército de bárbaros de la antigüedad no tienen organización ni rangos. Cualquier ejército medianamente entrenado podría neutralizarlos en poco tiempo y no hablemos de uno de los cuerpos de élite del ejército de Estados Unidos.
Lo más seguro es que el 4 de noviembre no pase de un par de manifestaciones (de hecho los grupos de izquierda si están pensando en realizar marchas en varias ciudades) en que las autoridades estarán muy atentas a este tipo de grupos.
Hay que recordar que es más peligroso un solo individuo bien armado que todos los grupos paramilitares por el simple hecho de que los primeros trabajan bajo el radar, de forma secreta y no al estilo de los comandos armados de la extrema derecha a los que sólo les gusta marchar, beber cerveza y disparar contra blancos inanimados.