Hay muchas personas que no soportan oír cómo el de al lado come chicle o mastica. En realidad, una situación así es algo que incomoda a cualquiera, pero hay quienes se molestan hasta tal punto que puede generarles una situación de ansiedad fuera de lo común.
Si llegas a ese extremo, puede tratarse de un trastorno psicológico aislado aunque, en opinión del vicepresidente de la Sociedad Española de Psquiatría, el doctor Celso Arango, suele tratarse de un síntoma de algún trastorno más complicado.
«Hay que distinguir la misofonía como síndrome aislado, algo ínfimo, con la incapacidad de tolerar estímulos cotidianos o irrelevantes. A lo largo de toda mi carrera he visto pacientes que tienen esto como síntoma, y no como algo aislado, que aunque es raro, podría darse», sostiene, incidiendo en que suele ser un síntoma que presentan los pacientes psicóticos, esquizofrénicos, las personas con autismo o con un trastorno obsesivo compulsivo.
Arango indica que puede deberse, por ejemplo, a un caso de estrés postraumático, aunque la mayor parte no están relacionados con traumas previos.»Tienen que ver con ciertos registros que el cerebro no es capaz de filtrar, y con la incapacidad de inhibir esos estímulos y de poner freno. Si a ti te ponen 20 tareas y te llama en 5 minutos varios jefes, y los 20 te piden algo, habrá que saber priorizar. Lo mismo pasará con 20 sonidos. Habrá que ser capaz de discriminar y eso sobrepasa.
También hay mucho componente obsesivo, como por ejemplo hay personas incapaces de soportar el ruido de la deglución, la uña contra la pizarra, o sonidos estridentes», agrega. Por ello, el doctor Arango resalta que, como forma aislada, apenas hay porcentajes que registran la misofonía, si bien ésta tiene lugar como un síntoma más en un 50% de las personas con autismo (una afectación que padece un 1% de la población), así como en los psicóticos (enfermedad que padece un 3% de la población).
En cuanto a quiénes pueden tener mayor predisposición a desarrollar misofonía, Arango lo tiene claro: todas aquellas personas con las patologías relacionadas con la obsesividad, con la psicosis, o con la rigidez. Finalmente, sobre el tratamiento de esta patología, el vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría apunta al propio tratamiento de la patología de base.