Cada año, existen entre 200 mil y 500 mil centroamericanos que intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Son casi 150 mil tan sólo en el Valle del Río Grande. De 2012 a 2014, fueron dos años marcados por un fuerte ascenso migratorio; el número de mujeres detenidas se incrementó en un 173%. En 2014, alrededor de 47 mil menores no acompañados por adultos fueron detenidos por los servicios de migración. De enero hasta junio del 2016, han sido 26 mil; a pesar de los múltiples arrestos efectuados en el territorio mexicano y las repetidas negativas de Barack Obama. Cabe mencionar que durante los ocho años del mandato de éste, se ha registrado el mayor número de migrantes latinoamericanos detenidos en el intento de cruzar la frontera y ser parte del «sueño americano».
En Brownsville, desde 1998, más de 6,000 migrantes han perdido la vida en el intento por cruzar de un país a otro.
En el desierto del condado de Brooks (Texas), un centenar de puntos de agua fueron instalados por el Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas para los que tratan de llegar a los Estados Unidos.
En el 2015, el periódico La Jornada declaró que las remesas son las segunda fuente de divisas para el país, superando a la venta de petróleo y el turismo. Durante ese año, trabajadores mexicanos enviaron desde Estados Unidos 24 mil 770.9 millones de dólares a sus familias. Aunque el gobierno de Texas se opone a la construcción de un muro para dividir su territorio y el de México, tienen la obligación de deportar a los migrantes y poner sobre aviso a los habitantes en caso de que identifiquen a alguno.
En los alrededores de Brownsville, Texas.
Fuente: Le Monde.fr – Actualité à la Une