Uno de los personajes más queridos de la navidad es, sin duda, Santa Claus. La razón es simple, esta figura se encarga de regalar felicidad a todos los niños, pero ¿sabes cuál es su verdadero origen?
Su nombre aparece registrado por primera vez en una gaceta neoyorquina del año 1773. En 1809, el escritor estadunidense Washington Irving lo menciona en su Historia de Nueva York. Y en 1823 el periódico Sentinel publicó el poema “A Visit from St. Nicholas”, posteriormente atribuido a Clement Clarke Moore, que terminó de popularizar a Santa.
Muchos de los atributos actuales de Santa provienen del poema de Clement Clarke Moore: el trineo jalado por ocho renos con nombres propios, la entrada subrepticia por la chimenea, la risa atronadora y el costal repleto de juguetes.
No obstante, el poema lo describía como una especie de duende regordete. Fue Thomas Nast, un caricaturista estadunidense del siglo XIX, quien terminó de definir la imagen actual de Santa, con una serie de ilustraciones que aparecieron en la revista Harper’s Weekly.
En 1931, la empresa Coca-Cola comisionó al ilustrador Haddon Sundblom la creación de una imagen de Santa Claus para su publicidad. Su objetivo era promover la refrescante bebida en los fríos meses del invierno. Sundblom se basó en el poema “A Visit from St. Nicholas” para sus ilustraciones, las cuales definieron, hasta cierto punto, la imagen de Santa que tenemos hoy en día.
A raíz del redescubrimiento de las ilustraciones de Sundblom, surgió la leyenda urbana de que el traje de Santa es blanco y rojo porque estos son los colores de Coca-Cola. La verdad es que mucho antes de que esta marca apareciera, tanto San Nicolás como Sinterklaas se distinguían por usar esos dos colores en su vestimenta