«Nunca había visto cifras de depresión en jóvenes tan dramáticas como las de ahora», coinciden estudios y especialistas, quienes nos explican las causas de esto.
Desde hace una semana Luis Saavedra cuenta que se duerme llorando casi todos los días. Y no sabe por qué. Tiene 25 años, una familia estable y un trabajo por el que le pagan bastante bien y lo hace viajar. Él sabe que lleva una vida que a muchos les gustaría tener, pero simplemente se siente triste. «Varios de mis amigos están igual, así que tal vez no sea grave”, dice.
Pero sí es grave.
Afecciones mentales de los millennials
Existe un buen número de reportes y casos particulares que revelan que actualmente hay una mayor tendencia entre la población joven mexicana a deprimirse y estar estresados.
Lo que le pasa a Luis y a millones de jóvenes es parte de una tendencia global. No obstante, el caso de México ejemplifica bien la situación, pues de acuerdo con una investigación oficial realizada por el Instituto Belisario Domínguez (IBD), del Senado de la República, su incidencia es alta y va en aumento.
El estudio de IBD arrojó que los suicidios en el país aumentaron un 84 por ciento en 16 años. En dicho periodo se registraron 83.490, de los cuales el 40.2 por ciento —la mayor cantidad— correspondió a adolescentes y jóvenes.
De acuerdo con este estudio, tres cuartas partes de estas muertes estuvieron asociadas directamente con el padecimiento de un trastorno mental. Especialmente, con la depresión.
El Dr. Enrique Chávez León ha sido Secretario General de la Asociación Psiquiátrica para América Latina (APAL) y cuenta que, de todos los años que lleva estudiando el tema, nunca había visto cifras de depresión en jóvenes tan dramáticas como las de ahora. “Es como si la generación millennial fuera la generación de la depresión”, dice.
Aunque otros trastornos como el de estrés postraumático, el de pánico o el bipolar también son muy frecuentes en la población entre 12 y 32 años, las estadísticas de la depresión se las lleva a todas por delante.
Hormonas, violencia y sobrevaloración del éxito
Chávez León explica que el fenómeno no es fortuito. Desde el lado médico la causa radica en que, especialmente en la adolescencia, las descargas y fluctuaciones de distintas hormonas son mayores en el cuerpo.
Cada persona tiene una predisposición genética a ciertas enfermedades mentales y son estos cambios hormonales los que muchas veces disparan su aparición a partir de esa etapa específica de la vida. No obstante, a ello hay que sumar otros factores. Según el especialista, el contexto social actual influye de forma determinante.
“La exposición a la violencia y a la inseguridad que se vive en México nos mantiene a todos en estrés constante. Y para los jóvenes puede ser aún más impactante, porque viven hiperconectados, consumiendo constantemente noticias en las redes sociales”, agrega.
El Dr. José Mendoza Velásquez, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también es experto en la materia y considera que a los jóvenes les tocó vivir una etapa muy difícil del mundo.
Según él, estamos expuestos a crisis con más frecuencia e inmersos en un sistema en el que los medios de comunicación bombardean con una cultura de sobrevaloración del éxito.
“A los millennials les toca ver en todas partes mensajes que transmiten una constante: ‘todo lo puedes, consíguelo’. Y pues la vida no es así de fácil. Al no ‘conseguirlo todo’ empiezan a frustrarse y a gastar cada vez más energía en intentar guardar sus equilibrios internos”, dice Mendoza Velásquez.
«La salud mental en México no es prioridad»
Las repercusiones de la depresión son variadas. Una de las más importantes —además del tema de los suicidios— es el consumo de drogas.
Mendoza Velásquez afirma que sí existe una relación directa entre la depresión y el uso de este tipo de sustancias, pues en la mayoría de ocasiones funcionan como tranquilizantes de síntomas psicóticos.
“Claramente existen otras vías para tratar estos síntomas, pero las drogas son instantáneas y son capaces de producir mucho placer a quien las consume”, asegura.
De acuerdo con los resultados de la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, realizada por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) el volumen de consumo de distintas drogas en México es aún mucho menor al de otros países, pero llama la atención un pico de crecimiento en los rangos de edades que van de los 12 a los 17, así como de los 18 a los 34 años.
Enrique Chávez León considera que un problema con tantas aristas a considerar también amerita infinidad de alternativas de solución. Sin embargo, cree que lo principal es mejorar la cultura de la salud mental en México.
“Para el gobierno parece que no es una prioridad. Y los resultados son abrumadores, como ya se vio”, señala.
De acuerdo con el especialista, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los gobiernos del mundo destinar 5 por ciento de sus presupuestos anuales de salud a la salud mental.
En nuestro país la sugerencia es tomada justo como eso, como una sugerencia: a dicho rubro sólo se le destina 1.5 por ciento.