Este año ha sido particularmente doloroso y difícil para periodistas, para las familias que buscan justicia y que a cambio reciben impunidad. Para militares que son discriminados en el Ejército Mexicano por tener VIH, para las familias de desaparecidos que siguen en la incertidumbre y para extranjeros que vienen a este país sin saber que será su último destino…
En un rango que incluye a 69 países del mundo, México es el número uno en no aplicar correctamente la ley a quienes comenten delitos.
La desigualdad permanece en nuestro país. Una encuesta del INEGI reveló que 63,3 por ciento de los ingresos nacionales se encuentran en el 30 por ciento de los mexicanos con mayores recursos, mientras que tan solo el 9 por ciento de estos ingresos se encuentran en el 30 por ciento de los mexicanos más pobres.
Gonzalo Elías Flores Tecalco, cabo del ejercito mexicano, sufrió discriminación al dispersarse la noticia de que padecía VIH. «Maricón» y «puto» eran los insultos que recibió por parte de compañeros.
Durante el primer semestre de este año, los ministerios públicos reportaron que abrieron diariamente 35 expedientes de investigación por el delito de violación.
Un informe presentado en el Congreso en abril de este año, expone que más de la mitad de las prisiones del país se encuentran bajo control de criminales.
La crisis de derechos humanos en México es tan grave que hasta los que no viven en el país desaparecen.
El descubrimiento supondría la resolución de cientos de expedientes de desaparecidos, pero hay un problema: el gobierno local no tiene la materia prima para identificar los restos y no puede devolverlos a sus familiares.
«En México las debilidades del sistema de justicia, leyes deficientes, la casi absoluta impunidad y la mala preparación de la policía son una mezcla peligrosa que hace que los arrestos y las detenciones arbitrarias sean una realidad cotidiana»: reporte.
Tan sólo en 2016, en México hubo 23.000 muertes debido a enfrentamientos entre narcotraficantes y el gobierno, esto posiciona a este país como el segundo lugar con más violencia del mundo.
