Este lunes de puente nos amanecemos con la noticia de que Charles Manson, de 83 años, murió por causas naturales luego de haber permanecido por cinco décadas en prisión.
A finales de los años sesentas, en plena época del “Verano del amor”, una de las noticias que más revuelo causaron en Estados Unidos y en particular en la ciudad de Los Ángeles, fueron los crímenes cometidos por la “Familia Manson”.
George Manson era entonces un hombre de traintaytantos años que había pasado la mitad de su juventud en diversas instituciones; nacido de una madre soltera de 16 años su vida nunca tuvo un factor estabilizador. Desde joven manifestó un carácter violento que desdeñaba cualquier autoridad.
Manson pensaba que algunos grupos musicales como los Beatles le enviaban mensajes ocultos a través de sus canciones y con esto comenzó a fraguar la idea que describía una especie de apocalipsis racial en el que los afroamericanos, encabezados por las Panteras Negras, establecerían un nuevo orden en Estados Unidos. Entonces también eran épocas de disturbios raciales.
También descubrió que contaba con el poder de encantar a la gente y así lo hizo. En plena época en que las comunas hippies florecieron en todo Estados Unidos, él estableció la propia pero que manejó como una secta y a la que más tarde llamaron “La Familia Manson”. Era tratado como una especie de mesías poseedor de la verdad y la santidad.
Por una parte, pontificaba sobre el apocalipsis que se aproximaba y por la otra, brindaba a sus seguidores grandes orgías que eran condimentadas con grandes cantidades de LSD y otras drogas. A su alrededor constituyó un grupo íntimo de jovencitas, que en algunos casos ni siquiera eran mayores de edad, que lo seguían y obedecían sin reparo alguno y al que no le negaban un solo favor sexual.
El acabose vino cuando Manson comenzó a “prepararse” para el apocalipsis: quiso iniciar una guerra racial adjudicando a las Panteras Negras una serie de crímenes cometidos por su familia.
El primer ataque se llevó el 9 de agosto de 1969 dentro de la propiedad del director de cine Roman Polansky. El cineasta no se encontraba en casa, sin embargo, su esposa Sharon Tate llevaba a cabo una reunión con amigos cuando llegaron las seguidoras de Manson quienes apuñalaron y dispararon contra los cinco asistentes. Nadie sobrevivió.
Tate tenía ocho meses de embarazo de un hijo de Polanski.
Al día siguiente la familia atacó la casa del magnate de los supermercados Leno LaBianca al que asesinaron junto a su esposa.
En ambos casos las asaltantes escribieron la palabra “pig” (cerdo) en las paredes con sangre de las víctimas así como “helter skelter”; Mason pensaba que la canción contenía un mensaje secreto para iniciar la lucha.
La Familia fue capturada poco después y llevada a juicio en junio de 1970: George Manson junto con Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten. Aunque fueron ellas tres (más Linda Kasabian, otra acusada que intercambió inmunidad por información) las que cometieron los crímenes, fue claro desde un principio que la mente maestra fue la de Manson.
Todo el asunto se volvió un auténtico circo mediático fomentado aún más por los propios acusados quienes cantaban coros, gritaban acusaciones y hasta atacaban a los miembros de la fiscalía en la sala del juzgado.
Los cuatro fueron condenados a muerte en 1972, sin embargo, la pena les fue conmutada a cadena perpetua. Desde entonces a Manson le fue negada la libertad condicional 12 veces.
Desde prisión hacía declaraciones y levantaba controversia; fue sujeto de historias, teorías y, por supuesto, una buena serie de productos de cultura popular como películas y series televisivas.
La semana pasada Manson había sido llevado al hospital por problemas gastrointestinales. La causa de su muerte, según las autoridades carcelarias de Los Ángeles, fueron naturales.
Termina así la vida de uno de los peores demonios del siglo veinte.