A los siete años de edad tú estabas estudiando la primaria, y probablemente por estas fechas ya le habías hecho tu carta a Santa Claus. Si tienes hijos o sobrinos, sabrás que los primeros siete años de vida son esenciales en el crecimiento de cualquier ser humano. Somos como esponjas, absorbemos fácilmente lo que vemos y tenemos sed de aprender. Mientras hay niños que diariamente se despiertan para irse a la escuela, jugar con sus amigos, leer su libro favorito y esperar con ansias el fin de semana para irse de paseo; hay otros tantos que despiertan sin saber si al meterse el sol aún seguirán con vida.
Tal es la historia de Bana Alabed, una sensible y brillante niña que vive en Alepo y dio la vuelta al mundo de Twitter con su mensaje: «Por favor sálvenos, queremos paz.» La pequeña, quien es fanática de los libros de Harry Potter; ha llegado a decir: «leo para olvidarme de la guerra». La famosa escritora J.K Rowling es una de las mayores simpatizantes de Bana, quien se mantiene en contacto con la infante a través de la red social, la cual es manejada por su madre.
La historia de Bana, al igual que la de otros pequeños que, junto con sus familias buscan sobrevivir a la guerra, es profundamente cruda: a su corta edad ha visto morir a su mejor amiga, ha visto su hogar bombardeado, cuerpos desmembrados, ha pasado noches enteras en la calle, intentando ocultarse; y ha visto cómo miembros de su familia como su padre, resultan gravemente heridos.
«Mi nombre es Bana, tengo 7 años. Estoy hablando con el mundo en vivo desde #Aleppo. Este es mi último momento para vivir o morir.» Tuiteó en su cuenta personal @AlabedBana el 13 de diciembre. Su twitter alberga información personal y una serie de fotografías que reflejan la crudeza de una guerra que no parece terminar.
«Para una niña de esa edad, las imágenes que ha capturado con su mente, se mantendrán siempre en su memoria. Es muy difícil remover un trauma de tal dimensión, pues no es algo de un día, es un periodo de tiempo ya prolongado el que ha dañado su imaginación y su brusco encuentro con la realidad», asegura la psiquiatra con especialidad en pediatría, Manuela Esquivel.
Día con día, narra intenta tuitear por lo menos un pensamiento o alguno de los fatídicos hechos ante los cuales rehuye desesperadamente. Lejos quedaron los días soleados para esta pequeña, quien, junto a su familia; no pierde las esperanzas de ser auxiliadas y vivir para contarle a sus hijos sobre las consecuencias de una guerra que ha arrebatado la vida de miles de inocentes.
«No tenemos casa ahora. Tengo lesiones menores. No dormí desde ayer, tengo hambre. Quiero vivir, no quiero morir. Por favor…» – Bana #Aleppo
«Desesperante resulta estar del otro lado del monitor y sentir que no podemos estar ahí para protegerla. No soportaría saber que alguno de mis hijos estuviera bajo tanto peligro.» Aseguró un seguidor de la menor.