Este día despertamos con la terrible tragedía de Egipto, pues en la Plaza Rabaa al Adawiya, la más importante del Cairo por los partidarios del presidente derrocado Mohamed Mursi, quedó «totalmente bajo control» de las autoridades, afirmó un jefe de la seguridad egipcia. «La situación en Rabaa al Adawiya está ahora totalmente bajo control. No hay más enfrentamientos», asegurarón fuentes locales.
Las tropas policiales y militares rodearon las zonas de conflicto y empezaron a avanzar con buldózers y dispararon gases lacrimógenos contra las tiendas de campaña, que albergaban a numerosas mujeres y niños.
El gobierno declaró que el desalojo de Al Nahda concluyó por la mañana. El ministerio de Salud indicó por la tarde que en todo el país murieron 149 personas, aunque sólo en la morgue improvisada junto a la plaza Rabaa se contabilizaron unos 124 cadáveres.
El vicepresidente Mohamed El Baradei renunció en protesta por la acción policial, afirmando que no estaba dispuesto a ser considerado responsable por «una sola gota de sangre» en los enfrentamientos.
La violencia suscitó denuncias de otros países musulmanes, pero también de la ONU y de Estados Unidos, que advirtió que los hechos sólo dificultarán la búsqueda de un progreso hacia la democracia.