Si alguna vez has mascado chicle en ayunas, es probable que hayas experimentado una sensación extraña en tu estomago que seguramente relacionaste con eso que tanto nos decían de pequeños «no masques chicle en ayunas, o te arruinarás el estómago».
La realidad es que al masticar chicle el estómago, así como el intestino, empiezan a moverse. No es un beneficio directo, pero favorece al movimiento del aparato digestivo. Es decir, mascar chicle contribuye a mejorar el movimiento intestinal después de una sobreingesta de alimentos.
Sin embargo, su consumo en ayunas aumenta la concentración de ácidos gástricos, que con el paso del tiempo, favorece el desarrollo de gastritis e incrementa la producción de gases en el intestino al tragar aire en repetidas ocasiones, provocando distensión abdominal.
La mayoría de los chicles están elaborados con xilitol, el azúcar del árbol abedul, que ayuda al cuidado de los dientes, pues se trata de azúcares que no impactan directamente en las muelas.
“El chicle sin azúcar se considera alimento libre porque tiene menos de cinco kilocalorías. Incluso hay algunos que ni siquiera tienen. ”Sin embargo, si la goma de mascar tuviera azúcar, consumir dos porciones equivaldría a una cuchara cafetera de azúcar morena.