Cada uno de nosotros desde la infancia sabe que si pasas largo tiempo dentro del agua, los dedos de pies y manos comienzan a arrugarse.
Por ejemplo, cuando yo era pequeña y me quedaba mucho tiempo en la tina o en la piscina, les decía a mis padres que me estaba “haciendo viejita”. Mi madre contestaba que más valía que saliera de allí o me convertiría en cacahuate.
Con el paso del tiempo comprendí que se trataba de una reacción involuntaria provocada por la absorción de la humedad de la capa superior de la piel. Y aparentemente, eso causaba que aparecieran ondas en los dedos de pies y manos.
Pero, ¿por qué sólo ocurría en mis dedos y no en todo el cuerpo? La mayoría de las personas han experimentado esta reacción. Sin embargo, “en 1935 algunos médicos notaron que en pacientes con el sistema nervioso dañado, su piel no se arrugaba con el agua”. Entonces, ¿qué causa este reflejo?
De acuerdo con algunos biólogos, la reacción ha sido desarrollada en el curso de la evolución. Es decir, se trata de un reflejo que le permite al ser humano tener un mejor agarre en superficies mojadas.
Para el humano es mucho más fácil atrapar un pez en el agua o caminar sobre la hierba mojada gracias a esta reacción, ya que la densidad de las arrugas aumenta la tracción.
Aunque hace mucho tiempo que hemos dejado de caminar descalzos o atrapar peces con las manos, este reflejo todavía es útil.
La próxima vez, cuando tomes un baño, presta atención al hecho de que un pedazo de jabón mojado es mucho más fácil de mantener cuando los dedos están cubiertos de arrugas.
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