Hace unas horas, el todavía aspirante a candidato independiente, Armando Ríos Piter, se presentó en las oficinas del Instituto Nacional Electoral acompañado de su equipo de voluntarios para luchar por la validez de las firmas de cientos de mexicanos que se sumaron a su proyecto de nación y que el INE no validó por supuesta falsedad.
Es importante recordar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que se le otorguen 10 días para hacer valer su derecho de audiencia para que se revisen las firmas con supuestas anomalías. Con lo anterior, el INE tendrá que revisar poco más de 120 mil firmas en ese lapso, el equivalente a 64 firmas por minuto, ¡una firma por segundo!
Ahora bien, si consideramos que las oficinas del INE estaban vacías cuando El Jaguar arribó al Instituto, vale la pena cuestionarnos si el Instituto Nacional Electoral tiene realmente la infraestructura y capacidad operativa para revisar de forma eficiente la cantidad de firmas que debe verificar mientras las campañas presidenciales siguen avanzando.
¿Le creemos al INE? ¿Será una triquiñuela más para simular y burlarse de las y los mexicanos?