Después de una noche llena de pesadillas, es probable que sólo recuerdes un fragmento de aquel sueño que tanto te asustó. O quizás, algunos días recuerdas todo lo que ocurre en tus sueños, mientras que otros parece que pasaste la noche en blanco.
Según Matthew Walker, psicólogo y profesor de Neurociencias en la Universidad de California, durante la fase de Movimientos Oculares Rápidos (REM) —periodo más largo y final del sueño—, los sueños son más vívidos y narrativos. Por lo que es más probable que recuerdes algo que soñaste antes de despertar que uno que se produjo al inicio de la noche.
Considera, además, que se pueden recordar con mayor precisión aquellos sueños que resultaron ser más extravagantes o emocionales. Si no se logra recordar nada es probable que o se haya despertado en el momento adecuado.
Durante las pruebas realizadas en su laboratorio del sueño, el psicólogo despertó a sus pacientes en medio de la fase REM, por lo que podían acordarse de la mayoría de las cosas que habían soñado.
Explica que mientras se duerme, el cuerpo está totalmente paralizado; sin embargo, el cerebro se vuelve hiperactivo. La percepción visual y los centros de movimiento de este órgano se iluminan a través de imágenes, lo que hace que en la fase REM el hipocampo y la amígdala —centros de memoria y emoción— están llenos de vida.
Estas regiones son hasta un 30% más activas en esta etapa del sueño que en las horas de vigilia.
Los seres humanos duermen en ciclos de 90/100 minutos que se dividen en cinco etapas, siendo la fase REM la más larga.