Una encuesta realizada por la empresa Ignia reveló que en México el 63 por ciento de los emprendedores en el país perdieron un negocio por negarse a pagar algún de tipo de soborno o “mordida” para concretarlo.
Esta situación se da en el entorno mexicano, en donde se pierden cerca de 890 mil millones de pesos anuales en prácticas de corrupción, de acuerdo con María Amparo Casar, directora de Anticorrupción del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Al participar en el panel “Las consecuencias de la corrupción”, Álvaro Rodríguez-Arregui, director general de Ignia, reconoció que “para los emprendedores la cancha no es pareja y tiene que ver mucho con la corrupción”.
Por invitación del IMCO, recordó, hicimos un estudio “El emprendedurismo y la corrupción” y tuvimos hallazgos interesantes: 63 por ciento de los emprendedores entrevistados dijeron que la corrupción es parte de su modus operandi; 58 por ciento dijeron que les afecta la corrupción; 63 por ciento perdieron una oportunidad de negocio por no pagar un soborno, además 57 por ciento utiliza gestores, que son intermediarios para la corrupción.
“Si desde el punto de vista ético y de integridad decides no hacerlo pierdes negocios y te da un terrible costo-oportunidad y una vez más una situación más vulnerable”, afirmó.
Aunado a ello, dijo, un tema que surgió de estas entrevistas es que ya no sabemos qué es corrupción, ya es totalmente gris, les preguntas a los empresarios ‘¿esto es corrupción?’ y te dicen ‘No’ cuando en términos estrictos sí lo es.
De acuerdo con el ponente “la corrupción está muy ligada al sector donde se opera, pues cuando comparamos al sector de tecnología con el de la construcción, en el primero prácticamente no hay corrupción, contrario al sector de la construcción donde sí hay mucha, pues se requieren mucho menos capacidades técnicas para hacerlo”.
Hemos visto también, señaló, que el tema de la corrupción es un tema de sobrevivencia. Es un tema mucho más práctico que un tema ético.
“La incidencia de corrupción es mucho mayor para los emprendedores sobre todo porque tienen que sobrevivir, esto no es un problema ético sino más práctico”, precisó.
Los problemas que se dan con los emprendedores, ejemplificó durante su ponencia, es que no les pagan y para que les paguen les piden un soborno, largos ciclos de compra y para acortarlos les piden un soborno, plagio en propiedad intelectual, que es lo que tienen que ofrecer los emprendedores esa autoría.
Finalmente, Álvaro Rodríguez advirtió que cuando hablamos de corrupción inmediatamente pensamos en el Gobierno y sí tenemos un problema en la parte de instituciones, pero también está la parte de instituciones privadas y en este tema a nivel mundial estamos peor que países como Colombia, Camerún, Perú, Zimbabwe, Paquistán y Uganda, entre otros.
“Evidentemente el reto de la corrupción es a nivel de Gobierno pero también tenemos un gran reto a nivel de sector privado”, concluyó.